viernes, 24 de octubre de 2014

De boda en China

   El mes pasado una de las profes de la escuela me invitó a su boda, algo que secundo el que iba a ser su marido llamándome para que por favor fuera a la boda que les hacía mucha ilusión. Así que allá que nos fuímos, cono todo el calor que hacía en Septiembre a echar un día de boda, Gracias a Seven y su ya marido Mario.

Letrero que indicaba el salón de la boda
   Empecemos por explicar cómo funcionan las bodas chinas, que son un poco diferentes a las bodas españolas. Lo primero por supuesto son los novios. El día de la boda, tradicionalmente los amigos de los novios hacen juegos y pruebas que el novio ha de superar hasta llegar a casa de la novia y recogerla allí para ir a donde se realice la boda, que normalmente suele ser en un hotel. Otro dato a destacar es que el novio va siempre con traje de chaqueta, pero la novia se cambia de vestido. Llega a la ceremonia con el vestido occidental de boda. Tras el "casamiento", se ausenta mientras los invitados comen y reaperece con el vestido tradicional rojo como manda la tradición china. Aquí también he de remarcar que en Shanghai me encontré varias veces en que las novias combinaban ambos vestidos, el vestido de novia occidental en lugar de ser blanco era rojo, algo que quedaba bastante bien, siendo sincero.

El vestido blanco de Seven
Vestido tradicional en color rojo
    La ceremonia es otro aspecto a resaltar, puesto que no tiene nada pero absolutamente nada que ver con lo que estamos acostumbrados en España. La ceremonia se realiza en el salón donde es el banquete, que suele ser, como he mencionado anteriormente, en algún salón de un hotel. El día de la boda de mis amigos había por lo menos ¡7 bodas en el mismo hotel! Una primera parte en la ceremonia es contar un poco cómo se conocen los novios, discursos de personas que han supuesto una parte importante en la vida de los novios (para Seven fue uno de sus profesores de Universidad y para Mario la hermana de su difunta madre), todo ello aderezado con el desparpajo y el cachondeo de Mario, que cada vez que cogía el micrófono la liaba pardísima.

Discursos para los novios
   Una segunda parte es cuando los novios encienden juntos velas puestas en forma de corazón simbolizando su vida juntos, y también llenando una torre de copas de cava, donde el cava va pasando de una copa a otra hasta llenar todas.



   La última parte es donde los novios agradecen a los padres el hecho de estar ahí siempre con ellos y les muestran su respeto. En este momento el novio llena una taza de té que entregará al padre de la novia y viceversa, dándoles las gracias por entregarles a su hijo/a en esta vida, algo muy bonito. Los padres beben para demostrar su aceptación y abrazan a los novios, mientras les desean lo mejor en su nieva vida. Por último la novia lanza el ramo de flores al estilo occidental y llega la hora de comer (¡por fin!).


   Al contrario que en España, o por lo menos a lo que yo estoy acostumbrado en mi familia, donde las bodas llegan a las 12 horas como mínimo, esta boda duro unas 3 horas incluyendo la ceremonia completa y el almuerzo. Los camareros empezaron a servir la comida cuando aún estaban hablando los novios, y no paraba de salir la comida. Mientras comíamos, la novia se cambió de vestido y cuando volvióo con su vestido tradicional empezaron a pasar por todas las mesas donde daban de comer algo simbólico a los invitados o algo de beber, para hacerles partícipes de la ceremonia y para agradecerles el estar en ese día con ellos.

¡A comer se ha dicho!

   Lo único que queda después de que los novios hagan el "tour" por las mesas, es recoger y marcharse, puesto que antes de que haya acabado la gente de comer ya está casi todo el salón recogido, tanto que te da apuro a seguir sentado comiendo. Fue una grata experiencia, distinta, pero bastante curiosa de presenciar. De nuevo gracias a Seven y Mario por dejarme participar en su boda.

   ¡Nos leemos pronto!


   Siempre podéis ver todas las fotos de la boda en mi Flickr.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El día del profesor

   El día 5 de Septiembre hice un año en China y no posteé nada, pero como soy un desastre me lo perdono a mi mismo, y porque además me fuí de parrandeo como todos los findes. Desde que llegué aquí mi vida ha cambiado de atrás hacia adelante y viceversa, pero nunca sin perder de vista el objetivo principal.

   Ahora vivo en Beijing, bueno, en su extrarradio, dícese el distrito de Tongzhou que se halla a unos 22 kms del centro de la ciudad y desde donde tengo que coger dos autobuses para llegar al metro, lo que me supone un mínimo de 1 hora si quiero moverme a la ciudad. Estoy de profe en una guardería internacional y aunque me cuesta aún un poco controlar a los nenes, ¡vamos avanzando!


   Hoy día 10 de Septiembre es en China el Día del Profesor. En este día los alumnos suelen regalarles flores y tarjetas de agradecimiento a sus profesores, a lo que se suman actividades en las que los profesores son los protagonistas. Es un día en el que se pretende agradecer a los profesores el papel que desempeñan, tanto en la vida de sus alumnos como la labor social que realizan, educando y enseñando.

   El hecho de que sea el día 10 de Septiembre no tiene ninguna razón especial, pero parece ser que antes se celebraba el día 28 de Septiembre, que es el que se cree que es el cumpleaños de Confucio, y para no solapar ambas festividades, el Gobierno chino decidió que a partir de 2014, China y la isla de Taiwán celebren el día del profesor el 10 de Septiembre, ya que Taiwán lo venía celebrando el día 28 desde los años 50.


   En el cole en el que trabajo hoy desde por la mañana se respiraba un ambiente especial, puesto que los padres suelen traer flores para los profesores, desde pequeños claveles hasta enormes ramos, deseándo un feliz día del profesor. A pesar de ser el profe nuevo en el cole y además de ser el nuevo profesor de inglés de la Clase 1, un grupo de madres de la Clase 1 nos han traído regalos a los profesores de esa clase que adjunto en estas líneas: Un ramo de girasoles con unas cuantas "flores" de la marca Ferrero Rocher y una tarjeta de felicitación que ellos mismos han hecho. Simplemente genial. No me lo esperaba para nada, puesto que sólo llevo una semana y media en esta clase.


   Mención especial a la tarjeta de felicitación de uno de mis alumnos, cuyo nombre en inglés es Eagle, que además de tener un nombre original, todos los meses aparece con un nuevo peinado. El de este mes parece una rueda de coche de carreras, ¡muy chulo!


   La escuela por su parte nos ha regalado a cada profesor una taza personalizada con fotos nuestras en posturas más o menos embarazosas, pero ha sido todo un detallazo. Aquí algunas instantáneas de la mía, que como véis es de las pocas fotos en las que salgo ¡"normal"!


   Para rematar el día, todas las clases se han reunido en la entrada principal para hacer manualidades juntos y ver videos, además que la clase de los "mayores" (5 años), han cantado para todos una canción ensalzando a los profes. Después de todo el trajín de alumnos para arriba, profes para abajo, mesas para aquí, sillas para allá, fotos a discreción...tocaba volver a clase para cenar y volver a casa, dando por acabado así este intenso día del profesor.

martes, 26 de agosto de 2014

La Gran Muralla


   Se dice que si vienes a China y no visitas la Gran Muralla es como si jamás hubieras estado en China. Yo no podía ser menos, así que en las primeras semanas en Beijing, me cogí la mochila, la cámara y me puse en camino a uno de las construcciones mas importantes e impactantes de China: La Gran Muralla.


  En este caso, mi amiga Vivian y yo nos fuimos a la parte de Badaling, una de las más famosas junto con la de Mutianyu. Para ir a esta parte habréis de coger la Línea 4 del metro, apeándoos en Xizhimen y en una de las salidas (son escaleras al exterior), llegaréis a la estación de trenes que os lleva a la Gran Muralla por unos 5 yuanes, que es ná. El viaje es así como una hora, pero es una pasada ver como van apareciendo las montañas y a lo lejos la Muralla con toda su majestuosidad. En el tren no esperéis ir sentados. Yo os recomiendo ir directos al vagón del restaurante donde al menos podéis sentaros en el suelo, mientras veis como la gente se harta de comer fideos instantáneos.

Ruta Norte
   Cuando el tren llega a Badaling, la gente sale despedida, corriendo hacia el autobús gratuito, que está cuesta arriba, no vaya a ser que no cojan sitio. El autobús os deja en la explanada para acceder a la Muralla, que podéis ver bajo estas líneas. Aquí hay tiendas de recuerdos, restaurantes (siempre a tope) y lo más importante: SERVICIOS. Si váis a la Gran Muralla, hay tres consejos esenciales: 1. Llevad agua (a raudales). 2.Esperad a que haga un día claro. 3. Id al servicio tantas veces como necesitéis antes de empezar a andar, porque allí arriba no hay ¡NADA!

Explanada Pre-Muralla
  Lo normal es ir hacia la parte Norte de la Muralla, la más visitada, como véis aquí abajo, la más fácil, pero también la más agobiante por la cantidad de gente que sube y baja sin parar. Por ello, sin pensármelo dos veces, me fuí hacia la parte Sur, la que a los pocos segundos me demostraría por qué era la que nadie elegía. Era la llamada "parte difícil", escarpada como ella sola, a pesar de ser bastante más corta, con sólo 3 torres. Cuando se llega al final de este tramo puedes ver que sigue, pero no para el público y es el lugar idóneo para admirar el paisaje y cómo la muralla parece lo que la leyenda dice: "El Dragón que defiende China del enemigo"

Difícil no le hace justicia
    Ésta parte obviamente está restaurada, pero justo enfrente se ve una de las partes inaccesibles sin restaurar. Las partes que están por ejemplo en la provincia de Gansu, que es donde empieza la Muralla están bastante estropeadas y hay partes, en las que incluso la muralla ha desaparecido por completo, por la acción del hombre o por el paso del tiempo y las inclemencias del tiempo. La Muralla en total tiene unos 8600 kms, empezando en la provincia de Gansu y acabando en el mar en la provincia de Hebei, exactamente en el llamado Paso de Shanhai, sieno el final lo que se suele conocer como la "Cabeza del Dragón Antiguo"


   Sólo deciros que mi único consejo personal es que si estáis en China, jamás dudéis en hacer esta visita. Es totalmente obligada y una gozada. Naturaleza e historia en el llamado "El cementerio más grande del mundo". Es algo que merece la pena verlo, al menos una vez en la vida.

   ¡Nos leemos pronto!



domingo, 17 de agosto de 2014

Desubicado

   Esta entrada debí publicarla hace por lo menos una semana pero por problemas técnicos no he podido hasta ahora.

   Hoy no puedo dormir, quizás por el viaje, quizás por el calor, por los mosquitos...A saber. Así que al no poder dormir me he propuesto a escribir lo ocurrido en las últimas dos semanas, que las he pasado en España entre bodas, familia y amigos.

   Todo empezó con un mensaje de mi padre. "Búscate el vuelo que te vienes, tu madre ya lo sabe, así que no hay vuelta atrás." Así que de un día a otro me ví buscando ofertas de vuelos, comprando regalos de última hora y por supuesto haciendo el vídeo para la boda de mi primo David y Pilar a la que "supuestamente" no podía asistir y de ahí el vídeo. Llegué a Sevilla un Jueves por la mañana donde me esperaban mi padre y mis hermanas para darme una sorpresa, a lo que sumamos que fuimos a recoger a mi madre a su trabajo al mediodía para tener un día totalmente redondo.

Lo mejor de llegar a España

  El viernes pusimos rumbo a Valverde del Camino, mi tierra natal, para la boda, sin saber los novios, ni nadie de que yo iba a asistir al evento. Me planté en la puerta de casa de mis tíos y me puse a tocar el timbre como un condenado hasta que abrieron y se quedaron todos boquiabiertos. Abrazos y besos por todos sitios, mis primos que no se lo creían, el whatsapp y Facebook echando humo... y a preparar la boda que iba a ser de categoría, a la altura de los novios.

¡De boda!
   La semana siguiente no se planteaba tranquila desde el principio, puesto que antes de venir a España había quedado con el señor Flapy para hacer un pequeño tour por Huelva, pasando eso sí primero por Sevilla donde nos tomamos la foto de rigor, esta vez en honor a otro señor llamado Óskar, más conocido como Ikusuki. Ya en Huelva, nos movimos entre Almonte, El Rocío y Matalascañas, disfrutando del veranito del Sur que tanto nos hacía falta y merecíamos. Estuvimos en la playa de Cuesta de Maneli, con uno de mis mejores amigos "El Rojas", con su novia y mi sobrinilla postiza, Leire, que tiene más arte que un tablao flamenco con José Mercé en lo alto. Echamos unas buenas risas, buenas comidas y el jueves, con mucha pena despedimos a David que se volvía para los Madriles de nuevo.

David, yo y parte de Óskar pululando por Sevilla

   El fin de semana fue totalmente familiar, paellita rica y tarde con mis primos, y es ahí donde surgió la palabra "desubicado", de labios de mi prima Irene, una de las grandes sabias de mi familia. Ella me dijo que me veía un poco seriote, que parecía algo perdido y era totalmente cierto. Según ella, para mí habían pasado mil cosas, muchísimas experiencias en el año que llevaba fuera, mientras que para ellos la vida había seguido igual, y que era como si yo jamás me hubiera ido. Cuanta razón. Aquí he luchado cada día desde que llegué y me he acostumbrado a estar en guardia en cada momento, mientras que en España estaba la mar de relajado y me sentía un poco fuera de sitio. Mi viaje a España ha sido como un sueño, puesto que las dos semanas que he pasado con mi gente se me han ido en un abrir y cerrar de ojos, tanto que cuando ayer cogí el metro en Beijing me pareció que era lo normal. Imagino que lo es, puesto que ahora es mi realidad y lo otro es un sueño que ocurre de cuando en cuando.

Sumo fight
   En España he disfrutado de mis hermanas, de mis padres, mis primos, de las tres nuevas incorporaciones Chely, María y Antonio, además de todos mis amigos (Nayh, David, Luzan, Carmen, Lego, Sete, Meux...), pero aún así sentía que ya no era mi lugar. Quizás necesite estos retos para sentirme vivo, quizás sea masoca o quizás ya me he acostumbrado a tener que luchar y a vivir en megaciudades. Pero bueno, lo importante es haber dsfrutado, aunque ahora tenga una morriña muy grande que no me deje dormir y me hace escribir a las 3.37 de la mañana.

Niñas
    Bueno, para acabar decir que esto lo escribo desde mi habitación en la nueva escuela en la que empiezo a trabajar, que está allá donde Perry el ornitorrinco perdió su sombrero, traducido al chino en el distrito de Tongzhou en beijing, así que si tenéis curiosidad, buscad y veréis que tengo razón. 

   Nos leemos pronto y en otra entrada que no sea así de expréss y a las 4 de la mañana.

   PD: eso sí, me ha encantado el verano en España.


jueves, 10 de julio de 2014

Un paso más: Beijing

   Creo que aunque lo intentara no tendría una vida "tranquila" o lo que venimos tildando de normal, sin apenas sobresaltos, con una rutina más o menos definida...Parece ser que eso no va conmigo, con mi vida actual y tampoco quiero que lo sea, o al menos no por ahora.

   Esta historia comienza tras mi regreso de Hong Kong, donde mi pasión por nuevos horizontes volvió a despertar, puesto que se hallaba sumida en un letargo por el día a día de Shanghai. Últimamente las semanas se me hacían eternas, los días y a veces incluso las horas. Por eso decidí que mi tiempo en Shanghai estaba tocando a su fin. Necesitaba algo nuevo, distinto, que me volviera a motivar. La solución: Beijing.

En un planeta extraño
   Llevaba varias semanas hablando con mi amigo Sami, con quien trabajé brevemente en la empresa de traducción, y que se volvió a Beijing, porque según él, no soportaba la frialdad de Shanghai. El tenía contactos que me ofrecían un puesto de profe en una guardería para enseñar inglés, con un sueldo bueno, visa y además con alojamiento. Así que me cogí un tren un Martes por la mañana y me planté allí donde dicen que es la capital china para intentar dar un pasito más en mi aventura.

   Hete aquí que no todo es oro y por un fallo de la agencia, la entrevista se fué totalmente al garete y había que esperar a otra escuela. Sami me decía que me quedara ya en Beijing, pero yo sólo llevaba unos pantalones, camisetas y ropa interior para 3 días, así que el Viernes me cogí el tren de vuelta, otras 5 horitas con un dolor de cabeza muy ameno, para empacar los bártulos, despedirme de mi gente y empezar de 0 en una ciudad nueva.

La Plaza de Tiananmen

   Dí mis últimas clases en Shanghai, me despedí de mis alumnos, cené con mis amigos en Pika Pika y luego tuvimos una despedida un poco movidita, pero bueno, no todo es perfecto en este mundo. Alargué mi estancia un día más para pasar tiempo con quien no había podido: mi linda Nahee y mi hermanito Miguel, que se quedaba abandonado en ese piso que tanto nos ha dado y tantas horas de Breaking Bad y Sherlock hemos echado.

   El lunes por la mañana terminé de empaquetar las cosas y me fui a la estación de tren de Hongqiao para desplazarme por fin a la que iba a ser mi nueva ciudad. Pero como ya he dicho antes, mi vida no es lo que se dice "normal", así que entre mi caraja y los chinos que no hay quien los entienda, cuando fui a comprar el billete en la taquilla me dice la muchacha: "Hoy sólo primera clase, 933 yuanes". Mi cara tuvo que ser de película porque la chavala me pidió hasta perdón.

Así que allí andaba yo, en la estación, con todas mis cosas en una maleta y sin posibilidad de volver al piso, porque no tenía ya las llaves. Así que me puse en contacto con mi amiga Vivian, que vive en Beijing y después de un largo tira y afloja, me compró un billete de avión para Beijing, porque yo tenía una entrevista al día siguiente y ya ni siquiera había trenes. El avión salía en 2 horas y menos mal que la terminal y la estación de tren están conectadas, porque si llega a ser en el aeropuerto de Pudong, me da a mí que no llego.

¡A Beijing!
   Finalmente pude embarcar sin ningún problema, volando por primera vez con Air China, que por cierto, que sosa es la cena que te dan. En el avión conocí a una chica super mona que iba de camino a España, pues estudia en Salamanca. El viaje se me hizo demasiado corto, al igual que me dijo ella, que hubiera preferido que el viaje hubiera sido hasta España. Si es que es pa comérsela. Al llegar me esperaba el bofetazo de calor de bienvenida de Beijing y mi amiga esperándome para recogerme y hospedarme esa noche. El resto de la semana lo pasé en el dormitorio universitario donde está Sami mientras esperaba otras entrevistas.

   Ahora mismo no tengo casa, estoy esperando la respuesta de la última demo class que he hecho, estoy corto de pasta, pero tengo una ciudad nueva por descubrir, gente que conocer y lo mejor de todo, ¡estoy más felíz que una perdiz! Un amigo me dijo una vez, "Si no eres feliz en  tu vida, cambia algo". Y eso que hice, cambié de ciudad, de vida, de todo. Puede que me la pegue, puede que prospere, eso lo descubriré a medida que pase el tiempo. Pero sigo tomando mis decisiones, arriesgándome, lo que me hace inmensamente feliz y me hace sentir vivo. Ahora, sólo se trata de empezar a caminar de nuevo.


Puede...puede que no esté tan mal esto de Beijing.

miércoles, 11 de junio de 2014

Sabor español en Shanghái: Pika Pika

   Hoy haré un pequeño desvío en mi particular anecdotario de aventuras para hablar de uno de los restaurantes que más me gustan de Shanghái: Pika Pika.

   Estando en China, una de las cosas que se echan más de menos al ser español es la comida, entre la tortilla de patatas, gazpacho, un buen solomillo o simplemente un bocadillo. Todo esto en España es la mar de fácil de preparar y/o conseguir, en cualquier supermercado, pero cuando vives en China, se convierte en una auténtica locura, primero porque son productos que escasean aquí y segundo porque valen un ojo de la cara cuando los encuentras.

Apetece, ¿no?
   Es por ello, que para mí este restaurante es especial, puesto que su base es la cocina española, llevada un punto más allá. Es un lugar que no debéis dejar de visitar si amáis la cocina patria o simplemente si deseáis comida "de la buena". Una de sus características que los hacen diferentes son sus "pintxos", que suelen ir cambiando, por lo que si venís más de una vez jamás encontraréis los mismos, cosa que se agradece.

Pintxo de jamón con tomate
Pintxo de tortilla
   Entrando en la materia de la comida propiamente dicha, podemos disfrutar de un menú bastante variado y completito, que va desde entrantes como la ensalada Pika Pika, pulpo a la gallega, parrillada de pescado y marisco,unas gambitas al ajillo, patatas bravas, el pan con tomate que jamás falta en la mesa cuando nos reunimos los amigos para cenar allí y por supuesto la PAELLA, que se merece mayúsculas porque está para chuparse los dedos dos y tres veces sin compasión.

Paellaca Marinera
   Además, cada semana , Óscar y Sergio, los artistas de la cocina que hay en Pika Pika, preparan algún plato especial, lo que se traduce en cochinillo al horno, Gazpacho andaluz, canelón vegetariano y un largo etcétera que os encandilará desde el primer bocado. He de decir que hacía tiempo que no rebañaba tanto un plato como con la salsa de las almejas que me he metido hoy entre pecho y espalda. Aparte de ello, no hay problema para los vegetarianos, puesto que tienen comida fuera de carta especial para vegetarianos. En cuanto a los vinos, tienen un amplio surtido de vinos con nombres como Señorío de Cuzcurrita, Abadía de Acon Joven...Y por supuesto algo que no puede faltar es la cerveza, Mahou en este caso y la Sangría, tan famosa fuera de nuestras fronteras que en este lugar es algo que no podéis pasar por alto.

Almejas con salsa de tomate y ajito
   Como ya he mencionado, Óscar y Sergio, un extremeño y un malagueño, son quienes por las vicisitudes de la vida se vinieron a China a encargarse de los fogones de este reducto español muy cerquita de Jing'An Temple, uno de los centros neurálgicos de Shanghai. Mientras los fogones son propiedad de los sureños, la sala está comandada por una catalana mas salá que to las cosas, Laia, que se encarga de mantener el orden en el restaurante, aconsejar vinos, sacarte una sonrisa...Vamos, una todoterreno. Ellos tres forman la base del restaurante, que se torna un lugar idóneo para quedar con los amiguetes.

Gazpacho andaluz y croquetas de marisco
   La ambientación destila España por todos lados, puesto que entre vinos, abanicos, flamencas, la música, la comida, hay veces que ocurre, como me pasó a mí el día de la inauguración, se te olvida que estés en China, hasta que te das cuenta de que la calle a la que sales es West Nanjing Road, y no San Jacinto, Las Ramblas o Gran Vía, porque sino, estás en España 100%. Y eso se nota en una de las cosas que hasta que vine a este sitio a comer no me había dado cuenta de todo lo que lo había echado de menos. Estar sentado en una barra, o tomarte algo con los amigos alrededor de una barra, sí, esa en la que pones tus pies mientras apoyas el codo para hablar con el amigo que te acompaña. Esa sensación la recuperé aquí, y es algo que tengo que agradecerles a estos chicos.

Pika Pika
   Poco más he de decir de este lugar que te transporta a España al entrar por la puerta, puesto que por mucho que escriba es algo que debéis probar si vivís o estais de paso por Shanghai, porque no os arrepentiréis si me hacéis caso. Ademas, es un lugar fácil de encontrar, dado que se halla cerca de Jing'An Temple, en la mismísima West Najing Road, nº1788, salida 1 de la Línea 2 del metro, la verde, si esa que va de aeropuerto a aeropuerto. ¡No os podréis quejar de lo fácil que os lo pongo!. No lo dudéis más y ¡dadle un gustazo a vuestras papilas gustativas!

PD: Por cierto, se me olvidó comentar sobre el CHULETÓN DE BUEY, que aún no he catado, pero pronto, pronto caerá. 


  

miércoles, 28 de mayo de 2014

Hong Kong Día 1: Lantau Island

   Esta era la tercera vez que iba a Hong Kong, pero la primera vez que decidía quedarme y visitar la ciudad. Conocer una ciudad que me apasiona, cuya historia se sume entre la realidad y la leyenda, de vacíos legales e historias que no parecen reales. Estuve tres días en total, pero empecemos por el primero, que fue el más turístico y la visita más impresionante, la Isla de Lantau.
  
Tian Tan Buda
   Para llegar a la isla sólo hay que coger la línea naranja del metro y bajarse en la última estación Tung Chung. Desde allí, al salir por la salida B llegaremos a la estación de autobuses o de teleféricos que nos llevarán hasta la cima de la montaña, Ngong Ping. El teleférico tarda unos 25 minutos y debe ser impresionante pero es muy caro, 150 HK dólares ( unos 14,20 euros), si queréis ahorrar claro. La otra opción es comprar un viaje en autobús que sale por unos 35 HK dólares (3,30 euros), que tarda más pero también va por dentro de la isla, cuesta arriba, por lo que el autobús se para bastantes veces, pero aún así es interesante y es la opción que yo elegí. El número 23 va directamente a donde se encuentra el Buda, mientras que la línea 11 va hacia el pueblo pesquero Tai O, en el otro lado de la isla. Todo ello podéis pagarlo con la maravillosa tarjeta Octopus, que ya la explicaré en su momento.


Subiendo
   Una vez llegado allí uno se queda impresionado por la majestuosidad del lugar, tanto del Buda de Tian Tan que vigila todo desde lo alto de la montaña como del paisaje que te deja sin aliento. El clima en estas fechas es bastante caluroso y húmedo, por lo que siempre es bueno tener una botella de agua a mano. El Templo de Po Lin está aún en construcción y está previsto que albergue 10.000 budas en unos años. Por otro lado, el Buda es el más grande del mundo, eso sí, el Buda sentado más grande, porque hay otros más grandes pero estos se encuentran de pie. La subida hasta el buda es impresionante, debido a que vas subiendo escalones y te sientes observado por el Buda, desde lo alto, sin inmutarse por tu esfuerzo, pero las vistas desde arriba del todo merecen la pena todo ello.

Vistas desde el Buda
   Dentro del Buda hay un restaurante, pero los tickets se compran antes de empezar a subir, así que mejor que ¡no te olvides de comprar tu ticket o tendrás que hacer todo el camino de vuelta! EN los alrededores del templo puedes visitar un pequeño jardincito y comer en un restaurante vegetariano por sólo, ojo, sólo 88 dólares, ¡casí ná! De todas maneras hay varias tiendecitas donde comprar souvenirs y bebidas en los alrededores que hacen el apaño.

Flores
   Tras visitar el templo me aventuré por uno de los laterales y encontré el Wisdom Path, una ruta para senderismo que se introduce en las montañas y lleva hasta el Lantau Peak. Aquí había un restaurante abandonado y un poco más adelante se encuentra un hostel del que os dejo aquí el link. El punto de partida de la ruta de senderismo estaba bien señalizado y tenía una pinta tal que así:

¿Un paseíto?
    El camino empezaba siendo una escalera de rocas pero que acababan siendo solo rocas puestas de cualquier manera y debido a que los días anteriores había llovido resultaba bastante peligroso, pero gratificante. Yo me aventuré a subir, pero cuando iba por la mitad tuve que desistir, puesto que se avecinaba tormenta y además, muy inteligente por mi parte, iba sin agua y tenía un hambre considerable. Desde este punto logré una de mis fotos favoritas del viaje, puesto que aunque parecía que no me había alejado mucho de mi punto de partida, sí que estaba lejos del Buda.

En lo alto
   Estaba pensando en volver, pero a la hora de coger el autobús, me aventuré a montarme en otro, de la línea 11, que me llevaría a la isla de pescadores de Tai O, en el lado opuesto de la isla, y que a pesar del calor que hacía resultó ser una grata experiencia. A la entrada, nada más bajar del autobús hay un tipo vendiendo tickets para un viaje en barco por unos 25 dólares. El viaje consiste en dar una vuelta en barco por el pueblo y luego mar adentro a ver delfines rosados. 

Tai O
    Este enclave pesquero lleva aquí desde los inicios de Hong Kong y el olor más característico, aparte del olor del mar, es el de las "fish balls" y el del pescado seco que venden todas las tiendas del lugar. Sólo hay 3 calles principales, las demás son callejuelas que se dirigen al mar o calles sin salida. Decir que a pesar de ello, el pueblo tiene dos cajeros automáticos, bien situados cerca de la calle del mercado, perfecto si quieres comprar algún souvenir. Yo, con mi afán de visitar templos, me metí en lo profundo del pueblo donde los rayos del Sol no llegaban a tocar el suelo y tenías que ir mirando al suelo para no pisar a los pequeños cangrejos que deambulaban por allí.

Templo de Yeung Hau
   No pude entrar al templo porque ya era muy tarde, así que desandé lo andado, camino al autobús en dirección de nuevo a Kowloon, para descansar un poco y ver que deparaba la noche, puesto que el día había sido la mar de interesante. Una de las dudas que siempre me quedará será que no entendí porqué todos los gatos de la isla tenían un trozo de oreja cortada. Había muchísimos y excepto el gato del templo, todos, al menos los que yo ví, tenían una parte de su oreja cercenada. Algún día lo entenderé, pero hasta entonces, será un completo misterio para mí. 

¿Por qué?
   Hasta aquí llegó la aventura de mi primer día en Hong Kong. He intententado comprimir pero al final ha salido un tochaco infumable. Espero que me perdonéis y que os guste. Si queréis ver más fotos siempre podéis acceder a mi Flickr.

   ¡Nos vemos en el próximo post!


martes, 13 de mayo de 2014

Wenmiao Road, el barrio friki de Shanghai

   "¿Tú sabías que hay un barrio friki en Shanghai?" Con esta simple frase empezaba otra aventura gracias a mi buen amigo Den cuando estuvo por tierras chinas a principios de este 2014. A pesar de no vivir aquí, Den ha venido bastantes veces debido a su trabajo y su familia, y me enseñó lugares a los que difícilmente accedes si antes no has estado ahí. Aquel día fuimos a Wenmiao Rd, una pequeña calle donde se concentran la mayor parte de los materiales frikis de Shanghai, ya venga de Corea del Sur o de Japón.

Den pensando en hacerse pobre
    La parada de metro más cercana es la de Laoximen de la Líneas 9-10 y por el Sur está Lujiabag Rd, de las Líneas 8-9. Cuando al principio llegamos a Wenmiao Road, viniendo desde Henan Road no parecía tener nada de especial, una simple callejuela estrecha bastante sucia, donde debido a las casas apenas se ve el cielo, pero la calle hace una curva extraña y es como entrar en otra calle totalmente distinta, donde las casas están más separadas, se ve el cielo y tiene mucha más actividad que la primera parte de la calle.

Wenmiao Road
   En Shanghai, una de las tiendas más famosas de merchandising es Toymanía si no me equivoco, en Huaihai Rd, donde los precios son desorbitados, a pesar de que tienen prácticamente de todo, desde Saint Seiya (lo más caro), hasta las nuevas series y de todo un poco que escapa totalmente a mi conocimiento del mundo del anime. En Wenmiao Road, por poner un ejemplo, las figuras de Saint Seiya (uno de mis animes favoritos), valen unos 300-500 yuanes, mientras que en la tienda anteriormente mencionada pueden alcanzar perfectamente los 2400 yuanes, siendo las mismas figuras.

El paraíso del friki
   En total he estado tres veces en esta calle y la fauna que habita en ella por las tardes de días entre semana son normalmente chicos de instituto que acaban de salir de clase y van a gastarse sus ahorrillos aquí, ya sea en figuras, pósters o cualquier chorrada venida de Corea del Sur o Japón, aunque si no es eso lo que buscan hay una infinidad de puestos de comida barata por doquier, fritangas varias y el famoso "stinky tofu", cuyo olor puede penetrar hasta lo más profundo de tu ser, deseando arrancarte la nariz de un tortazo. Simplemente delicioso.

El mundo peluchil
   También hay alguna que otra tienda de pinturas, un tipo que vende gatos, conejos, ardillas, tortugas, peces... Existe una tienda incluso donde venden escarabajos, sí, escarabajos. No pueden faltar casas de té, cafeterías donde puedes estar con figuras de anime, o ver anime, y por supuesto comida japonesa y coreana. Nosotros acabamos tomándonos un tentempié en un pequeño garito de sushi, que por ahora ha sido el mejor que he probado hasta ahora, puede que por lo pintoresco o simplemente porque era buenísimo, y además barato.

Pequeño pero genial
   De antemano sabía que por la zona se encontraba otro de los templos de mi lista de "Templos a visitar en Shanghai", el Templo de Wenmiao. En los alrededores del templo hay restaurantes de corte antiguo, con mucha chatarrería del pasado de Shanghai, que los hacen tener un encanto distinto. Budista también, siendo uno de los cuatro más importantes de Shanghai, lo que lo hace particularmente especial es que los Sábados y Domingos por la mañana, los monjes abren las puertas del templo y en los patios interiores se establecen puestos de intercambios de cómics, compra-venta o simplemente de reunión de amantes del manga, o de amigos con una afición en común. Aún no he tenido la oportunidad de verlo con mis propios ojos, pero espero poder ir y conocer este improvisado "Salón del Manga" que tiene lugar cada fin de semana en el templo.

Templo de Wenmiao y alrededores
   Por ahora, esta es una de las calles que más me gustan de Shanghai, por la vida de que mueve en ella, ajena a la gran urbe, la tranquilidad y la inocencia de sus habitantes y porque uno sigue teniendo su corazoncito friki, volviéndose loco al ver figuras de Los Caballeros del Zodíaco a esos precios tan irrisorios. Sin duda volveré más de una vez, puesto que lo mejor que tiene es que no es una calle que salga en las guías o manuales de Shanghai y eso la hace tremendamente especial.

El templo desde otra perspectiva
   Si venís a Shanghai no dudéis en visitarlo, porque aparte de su arquitectura de Shanghai antiguo, este barrio entra dentro de los planes de destrucción de Shanghai moderno, por lo que en unos años no quedará nada de lo que aquí os he mostrado. He de dar las gracias a mi hermano Den por enseñármela y a Dani por ir conmigo dos veces cuando ha estado aquí. ¡Gracias chatos!

¡Pero que bueno estaba!